Creer o no creer, doscientos años después
Llegar a los doscientos años para un país no es poca cosa. Muchos aún están en el camino, y otros tantos quedaron perdidos en él. Llegar a un bicentenario es una señal de permanencia, más allá de circunstancias políticas o institucionales. En eso el tiempo no falla. Espera, paciente y