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‘Serotonina’, de Michel Houellebecq

‘Serotonina’, de Michel Houellebecq

No es más que una típica historia houllebecquiana, pero ¡cómo me gustan!

Yamil Salinas Martínez
Yamil Salinas Martínez
1 minuto

Dispuestos a generalizar, Florent-Claude es un típico personaje houellebecquiano: hombre blanco, anglo, con buen pasar, cuarentón, decadente, egoísta y con algún tipo de vicio. El vicio de Florent-Claude en este caso son las pastillas. Toma dosis industriales de Captorix para combatir una suerte de depresión existencialista que le provoca impotencia sexual y ausencia de libido.

Dice Houellebecq:

¿Era yo tan infeliz, en el fondo? Si por casualidad uno de los seres humanos con los que estaba en contacto (la recepcionista del Hotel Mercure, los camareros del Café O’Jules, la empleada del Carrefour City) me hubiera preguntado por mi estado de ánimo, más bien habría tendido a calificarlo de «triste», pero se trataba de una tristeza apacible, estabilizada, que por otra parte no era probable que aumentase o disminuyera, una tristeza, en suma, que podría haber inducido a considerarla definitiva.

Como los típicos personajes houellebecquianos le suceden cosas de lo más inverosímiles para muchos de los mortales: amigos aristócratas, vida de hotel, despreocupaciones y rupturas amorosas sin dramas.

Dice Houellebecq:

Las conversaciones sobre economía son un poco similares a las conversaciones sobre ciclones o terremotos; enseguida ya no sabes de qué se habla, tienes la sensación de invocar a una deidad oscura y te sirves otra copa de champán.

Además, no puede faltar ese ingrediente único de la receta de Michel: el persistente tufo a decadencia occidental.

Dice Houellebecq:

Por mi parte, antes de franquear la puerta, me disculpé por las molestias, y en el momento en que pronunciaba estas palabras banales comprendí que en adelante mi vida iba a reducirse a eso: a disculparme por las molestias.

En resumen: una típica historia houellebecquiana. ¡Pero cómo me gustan!


SEROTONINA

por Michel Houellebecq

Editorial ANAGRAMA
Primera edición: 2019
288 páginas