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¿Sirven los planes de laptops para niños?

Yamil Salinas Martínez
Yamil Salinas Martínez
2 minutos

Muy interesante esta entrada de Slate, en la que a tono polémico reseñan los resultados de una reciente investigación que concluye que darle laptops a los niños pobres no mejora su desempeño escolar.

La idea central, basada en una investigación realizada por científicos de Columbia en niños rumanos de bajos ingresos, señala que el disponer de un ordenador en casa no tuvo impacto directo en las calificaciones o desempeño escolar de los beneficiarios de la entrega, versus los que no disponían del equipo.

¿Son entonces los ordenadores de bajo costo, para niños en condiciones de pobreza y economías precarias más una distracción que un empuje al conocimiento? Pues bien, uno de los caminos allanados a esta respuesta es que si bien disponer de un ordenador en casa quita 3.5 horas de estar frente a la TV también lo quita al estudiar y hacer las tareas escolares.

La buena noticia es que destacan como factor fundamental para el aprovechamiento del equipo y acceso la necesidad en la presencia de los padres y el entorno familiar para marcar las guías de uso y pautas de aprendizaje, tutorizando el uso del dispositivo y las horas de encendido. Esto no es más ni menos que dotar de un contexto adecuado la experiencia de aprendizaje.

En mi opinión, no todas son así de malas. Es factible que el disponer de un ordenador (y su mal uso) no incidan directamente en algo tan concreto como un test estudiantil o un boletín de calificaciones. Pero pensemos en que estos programas (tal como OLPC,UCPN, entre otros) al menos llevan a los niños a ganar el primer paso: dialogar e interactuar con interfases y experimentar con otras vías de socialización (como juegos en red, etc.) que de otra manera sería muy difíl para ellos poder acceder. La curva de aprendizaje para interfasear con un dispositivo será cada vez más alta, mientras más tiempo pasa sin el acceso.

Si verdaderamente queremos trabajar en la reducción de la brecha digital, debemos comenzar desde lo mínimo, que es la interacción niño-dispositivo mediante su interfaz. Que luego lo usen para jugar, eso otro punto. Debemos también hacer aplicaciones atractivas a la curiosidad por el conocimiento, y articular su uso dentro del aula y con sus pares. Modestamente creo que por allí va el asunto.