‘El ruletista’, de Mircea Cartarescu

No había escuchado ni mucho menos leído nada sobre Mircea Cartarescu, un escritor rumano surgido del movimiento vanguardista de los años ochenta que hoy me entero es ya de culto. La verdad es que quedé impresionado por la tensión de su prosa al leer El Ruletista, una historia magnífica que en muy pocas páginas deja huella y enseña el talento de su autor.

Sabemos que en una determinada época se puso de moda entre los hombres el juego de la ruleta rusa. Frente al público presente, enfrentarse a un revólver, girar el tambor y dejar que la suerte elija entre la vida y la muerte. Tan simple, tan letal. Cărtărescu nos cuenta que el juego se hizo tan popular que pasó de practicarse en sótanos y bares de mala muerte a ser un espectáculo popular, trascendiendo los bajofondos y atrayendo con su mercado de apuestas a todas las clases sociales. Es aquí donde el narrador nos introduce en la historia de un hombre “con un nombre cualquiera, que todo el mundo olvidó porque al poco tiempo ya era conocido como El Ruletista”. Un hombre que, en apariencia sin muchas luces y de orígenes muy modestos, consigue a fuerza de una empecinada mala suerte, evitar el balazo final y sobrevivir en todos los espectáculos. Tal es su destino que en poco tiempo El Ruletista se convierte en una celebridad y de tanto ganar a la muerte acaba siendo millonario. Pero no sabe que le espera un final que jamás hubiera podido imaginar.

Dice Cartarescu:

"La ruleta posee, en principio, la simplicidad geométrica y la fuerza de una telaraña: un Ruletista, un patrón y unos accionistas son los personajes del drama. Los papeles secundarios se los reparten el dueño de la cava, el policía que está de ronda por los alrededores, los mozos contratados para deshacerse de los cadáveres (…) el Ruletista es, por supuesto, la estrella de la ruleta y la razón de su existencia."

No quiero sonar rimbombante ni caer en el exceso, pero en ciertos tramos Cartarescu nos trae en El Ruletista algo de la prosa de Borges, cierto toque surreal y onírico que me dejó encantado. Una pluma privilegiada.

Valoración: Recomendadísimo. Seguramente seguiré leyendo algo más de Cartarescu. En español está editado por Impedimenta.