Guía de Lectura: "Nuestra parte de noche" (Capítulo 6)
Guía de lectura del capítulo 6 de la novela "Nuestra parte de noche", por Mariana Enríquez
Las flores negras que crecen en el cielo, 1987-1997
El capítulo final del libro nos devuelve como protagonista a Gaspar, durante su adolescencia y adultez en la Argentina de los años noventa. Su vida es muy tormentosa. Tiene trece años pero –como siempre– parece mucho más maduro que los chicos de su edad. La relación con su tío no es buena, aunque Luis se desvive por él. Gaspar tiene muchas visiones nocturnas y apariciones que lo dejan agotado, en particular cuando ve a Adela y a su padre. Su tío y Julieta, su novia, recurren a Isabel, una nueva psiquiatra, que parece entenderlo un poco mejor.
El resto del grupo de amigos también lo está pasando mal. Tanto Vicky como Pablo tienen visiones o vivencias sobrenaturales. El cambio de terapia y de profesionales le hace muy bien a Gaspar. Los episodios se van espaciando cada vez más y comienza a construir lazos con Julieta y el resto de amigos de su tío Luis. Retoma también las clases en un colegio especial, para adultos y niños con dificultades de aprendizaje.
La vida de Gaspar progresa, el deporte y los nuevos lazos lo ayudan. Retoma el contacto con Vicky y con Pablo, y visita su antigua casa para recoger algunos libros y objetos de su infancia. Todo esto le remueve muchos recuerdos, aunque lo lleva bastante bien. No obstante, no tiene fuerzas todavía para pasar por el frente de la casa abandonada.
La historia avanza en el tiempo y los chicos se van haciendo mayores. La ciudad de La Plata, a unos 50 kilómetros de Buenos Aires, reúne otra vez a los amigos: Vicky comienza a estudiar en la Facultad de Medicina y se muda a un piso de alquiler; Pablo comienza su carrera artística y vive de forma libre su homosexualidad; Gaspar conoce a Marita y comienza con ella una relación que lo hace crecer. El centro cultural Princesa, un entorno rebelde, expresivo y abierto, es su punto de encuentro.
Luis y Julieta van a ser padres de gemelos, y a pesar de que no vive mucho en Villa Elisa, Gaspar se siente un poco amenazado por el cambio. Los pequeños cambian las rutinas y se va a un lugar más alejado de la casa. Se reúne con Vicky y con Pablo a recordar el suceso de la casa abandona, y esto le trae conflictos con Marita, que queda fuera de esas reuniones. Vicky les cuenta que la casa ha sido demolida y el terreno ha sido puesto a la venta. Comienzan a dibujar un plano de la casa.
Las crisis de Gaspar se hacen cada vez más frecuentes, y de manera violenta. La última, tras el engaño de Marita, lo enfrenta con su tío Luis. Sus raptos de agresividad lo convierten en peligroso para los gemelos. Gaspar tiene cada vez más dificultades para controlar sus frustraciones. Le llega un golpe muy duro: Marita lo está engañando con un compañero de la Universidad.
La relación de Pablo con el fotógrafo Andrés Sigal se convierte en algo más frecuente. Pablo invita a Gaspar a la inauguración de una muestra de su selección de fotografías tomadas por Andrés en los últimos años de la dictadura militar argentina. En esa muestra sucede algo impensado: Gaspar se encuentra con la foto que Andrés le tomó, a él y su padre, aquella tarde en la prooveduría de Corrientes.
Gaspar se reconcilia con Marita y se van a vivir juntos. Armar una casa le renueva las esperanzas. A pesar de que la relación con Julieta no estaba pasando por su mejor momento, decide ir al festejo del cumpleaños del Negro Sánchez en la casa de Villa Elisa. Un poco borrachos y ya cansados se ponen a hablar del pasado, y Luis le confiesa que fue Rosario, su madre, quien lo sacó del país. Gaspar se enfurece por haberle guardado ese secreto. Luis, avergonzado, le dice que solo lo hizo a pedido de su padre. Juan le había pedido que nunca le revele a Gaspar detalles de su paso por Puerto Reyes.
Marita consigue un empleo como colaboradora en la editorial de la Universidad. Para una colección de crónicas lista para entrar en imprenta le toca corregir el relato “El pozo de Zañartú”, de Olga Gallardo. Es un texto maldito, porque luego de haberse publicado la autora se suicida con veneno para ratas. Marita conoce la historia que hay detrás de Gaspar y se lo cuenta.
Gaspar toma esto como una última advertencia: las fuerzas oscuras lo están rodeando. Al leer la crónica de Olga Gallardo se entera que Adela es su prima y todos los sucesos de Puerto Reyes. Le pide a Marita que deje la casa, él ya no puede protegerla. Al mismo tiempo, Vicky recibe en la guardia del Hospital a Luis Peterson con una herida en su pecho. Una herida bestial y desproporcionada. Lo aterrador vino después, cuando encontraron dentro del torso de Luis un brazo de una niña pequeña. Había sido parte de un ritual macabro. Inmediatamente, Gaspar se da cuenta que es un mensaje para él. Tiene que ir a ajustar cuentas en Puerto Reyes. Su destino lo está llamando.
Gaspar llega a Puerto Reyes. Lo reciben Esteban, Florence y su abuela Mercedes, que le confiesa que ella envió a matar a su tío Luis. Gaspar, hecho una furia, la ataca. Con una fuerza sobrenatural, su abuela lo golpea y lo desmaya. La Orden lo mantiene cautivo por un largo tiempo, en el que Gaspar intenta escapar varias veces sin éxito. Puerto Reyes es una fortaleza.
Florence Mathers, su abuela Mercedes y Esteban le confiesan una tarde que tendrá que empezar el rito. Mercedes quiere ocupar su cuerpo, tal como lo ocupó Juan aquella tarde en Chascomús. Gaspar lo recuerda muy bien, aquello del accidente de coche había sido una mentira más. Asistentes de la Orden se esfuerzan en enseñarle a Gaspar los rituales, sobre todo por las noches en los claros de la selva, pero no tienen resultado. Luego de perder a Juan, la Orden ya no tiene un médium para contactar con la Oscuridad. Necesitan, más que nunca, de Gaspar.
Gaspar y Esteban mantienen una conversación oculta, como la que tenía su padre con él y con Tali. Gaspar le confiesa su plan de venganza: llevar a toda la Orden al Otro Lugar y dejarlos allí, eternamente, en aquel sitio frío y cruel. Preparó el terreno muchas veces, haciendo seis o siete expediciones. Él es el único que parece no cansarse en aquel lugar. En la última expedición prepara su plan con mucho detalle. Su cicatriz en el brazo, como si fuera una brújula, lo conduce hacia el bosque de los ahorcados y hacia allí lleva a todo el grupo. Florence pudo reencontrarse con Eddie. Pero eso era solo una distracción. Corriendo y dejando a todos atrás, huye con Stephen y deja encerrados en el Otro Lugar a todos los miembros de la Orden. La Orden, hambrienta de cuerpos, los devora.
Esteban y Gaspar son los únicos sobrevivientes, que como dos extraños, permanecen en Puerto Reyes. La historia de la Orden finalmente se acaba.
Contexto histórico del capítulo
Entre los años 1988 y 1997, Argentina vivió un período de transición y cambios sociales significativos. Estos años estuvieron marcados por una serie de acontecimientos y transformaciones en diversos ámbitos de la sociedad argentina.
En 1989, Carlos Menem asumió la presidencia de Argentina, marcando el comienzo de una etapa de reformas económicas y cambios políticos. Su gobierno implementó el "Menemismo", un enfoque de políticas económicas liberales que buscaba la privatización de empresas estatales, apertura económica y reformas en la estructura estatal. Si bien estas medidas trajeron estabilidad económica en ciertos aspectos, también generaron controversia y desigualdades.
Durante estos años, la economía argentina experimentó procesos de privatización y apertura a la inversión extranjera, lo que llevó a cambios en la industria y el comercio. Sin embargo, estas transformaciones también llevaron a desempleo y el cierre de muchas fuentes de trabajo. Hubo una creciente brecha entre los sectores más ricos y los más pobres de la sociedad, lo que resultó en tensiones sociales y protestas.
A medida que avanzaban los años 90, el descontento social se hizo más evidente. Las políticas de ajuste económico y las reformas estructurales generaron protestas laborales, manifestaciones de grupos sociales y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Las organizaciones de derechos humanos y movimientos sociales también continuaron luchando por justicia para las víctimas de la dictadura militar y la desaparición forzada.
En el ámbito cultural, la década de 1990 también trajo cambios culturales y sociales en Argentina. Hubo un aumento en la exposición a la cultura global a través de la televisión por cable y la difusión de música y películas internacionales. Sin embargo, esto también generó preocupaciones sobre la preservación de la identidad cultural argentina.
Hacia finales de los años 90, la economía argentina comenzó a mostrar nuevamente signos de debilidad y surgieron tensiones políticas. La estabilidad que se había logrado con las reformas económicas de los años anteriores comenzó a resquebrajarse. Esto sentó las bases para la crisis económica y política que se intensificaría a principios de los años 2000, estallando unos pocos años más adelante.