Volver
Tal como reza uno de nuestros tangos más célebres, volví a Buenos Aires. Sin la frente marchita y no tras 20 años, que no son nada, pero sí sintiendo luego de un año y medio de estancia en Madrid que es un soplo la vida.
En el medio, durante este tiempo, pasaron muchas cosas y pude experimentar unas cuantas otras. En ciertas cosas nos separa un océano de por medio, de manera literal, y en otras no tanto. Si hay algo que me queda de experiencia es que el mundo es mucho más chico de lo que parece, pero sí más diverso y heterogéneo.
Poder viajar y migrar es una buena oportunidad para ver las cosas de otra manera, adquirir nuevos hábitos, conocer gente nueva. Es la experiencia de vivir y de viajar. De abrir la ventana para ver el mundo desde otra perspectiva, cerca de muchas cosas nuevas pero lejos de otras tantas.
Madrid es una ciudad para vivirla y quererla. La voy a llevar siempre presente en algún rincón del recuerdo, y a España, como ya lo dijo el poeta, la guardaré en el corazón.