Un servicio exterior profesional: cada vez más difícil de conseguir

Leo con interés la columna de opinión de hoy de Miguel Espeche Gil, diplomático argentino “de carrera”. En su escrito pone de relieve los riesgos que corre la nación de perder la profesionalidad y jerarquía de un servicio diplomático estable y en el buen sentido, burocrático. La cuestión es que en países donde el presidente tiene (y acumula) tantas atribuciones, es muy difícil que la política exterior salga inmune al pensamiento cortoplacista que caracteriza los gobiernos en Argentina.

¿Será difícl pensar en una estrategia a mediano plazo, para la política exterior argentina? ¿Puede pensarse esto, en un contexto donde gran cantidad de los puestos exteriores más relevantes se resuelve por los gustos de la Casa Rosada, o donde los diplomáticos que estudiaron y se sometieron a duros exámenes de ingreso en el ISEN sólo dan el “apoyo técnico”?