Se endurece la situación bilateral Argentina-Uruguay

La pastera Botnia empezó a operar en los últimos días, tras la autorización del presidente uruguayo Tabaré Vázquez. Las relaciones diplomáticas entre ambos países están en el punto más bajo de la historia, con fronteras cerradas, securitización militar de la zona uruguaya y fuertes encontronazos mediáticos entre los dos presidentes. En estos momentos los ciudadanos de Gualeguaychú están tomando posiciones en el puente internacional San Martín, que une las localidades argentinas de Gualeguaychú y Fray Bentos. Su intención es llegar lo más cerca de la planta de celulosa para manifestar, pacíficamente, su rechazo a los comienzos de operación de la fábrica en los márgenes del río Uruguay.

Todos los medios nacionales están hablando de las palabras que habrían cruzado los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez en los pasillos de la Cumbre Iberoamericana. Según la agencia oficial Télam, Kirchner habría increpado a Vázquez diciéndole que “Le clavaste una puñalada al pueblo argentino”, en un acto casi de tumbero y paraavalancha. Más temprano que tarde, del otro lado de la orilla se encargaron de aclarar (o de dar la versión uruguaya) del fugaz encuentro.

Lo peor del caso es que según comenta Darío Gallo, toda esta situación es un montaje mediático y las partes ya habrían acordado, hace algún tiempo, esperar al paso de las elecciones nacionales para arrancar las operaciones de Botnia y no meter este tema en la agenda de las elecciones. La puesta en escena posterior haría ver que Argentina fue “traicionada” por el Uruguay al no aguardar el fallo de la Corte Internacional de Justicia, donde se mantiene el diferendo por la pastera.

Lo cierto es que esta situación no hace nada bien a las relaciones bilaterales, castigadísimas en los últimos 5 años (arrancando desde el exabrupto de Battle) y a pesar de los intentos de mediación, no se evidenciaron avances en las negociaciones.

Ahora hay que esperar que las acciones de protesta de los asambleístas no generen ni provoquen ninguna necesidad del uso de la fuerza, porque ya ese sería un umbral que equivaldría a un punto de no retorno. El juego diplomático, fracasado, ahora será de desgaste y con pocas ganancias, sin gestos de ninguna de las dos partes. Las chances de relocación de Botnia son nulas, como también la voluntad de Uruguay de parar la planta.

¿A qué jugará Argentina?