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Reseña: 'El poder de las redes' por David de Ugarte

Yamil Salinas Martínez
Yamil Salinas Martínez
4 minutos

Llevaba leído en el escritorio ya más de dos meses, todo anotado y subrayado por mil partes pero sin terminar aún su reseña. A pesar de que había leído algunos tramos en la copia digital, tuve la suerte de adquirir la copia en papel en la Feria del Libro de Madrid y allí mismo conocer personalmente al autor y cambiar algunas palabras llenas de entusiasmo y muy enriquecedoras.

En primer lugar, David nos es presentado como el pescador de nombres de la red en español, y la verdad que tiene su acierto ese título que le otorgan. A lo largo del libro (unas 130 páginas, para nada extenso) el lector irá recorriendo, de la mano de los nombres asignados por el mismo autor, los distintos rincones de la red (su ecosistema, accidentes, procesos, protagonistas, etcétera) y resulta entretenido ver como cual naturalista el autor va otorgando nombres tales como «mumis», por ejemplo, a los grandes «facilitadores» de producción de abundancia de la red, entre otros tantos ejemplos que nos encontramos a lo largo del libro.

Pero bien, ¿de qué habla este libro?. Sobre todas las cosas nos habla de aquello que subyace a nuestro medio/ecosistema virtual que es internet hoy: la topología de su red. Esto es la misma «estructura» o la «urdimbre» sobre la cual se teje y se transmite la información día tras dia. Es algo así como analizar la estructura de los caminos por donde puede pasar la información de un nodo a otro de la red.

Para tal caso, y si hay una frase que recorre el libro de comienzo a fin es la dice:

Bajo toda estructura de la información existe una estructura de poder.

He aquí el punto de partida y de llegada al gran desafío del libro, explicar cómo los diferentes modelos o topologías de la estructura de la información concentran (o liberan) el poder tras de ella.

Antes que nada debemos aclarar que no es un libro técnico sobre estructuras de redes, el lenguaje y los contenidos están al alcance de todos. Utilizando ejemplos históricos y paralelismos con sucesos sociales recientes nos vamos introduciendo en el devenir de la transformación misma de un modelo hacia otro de estructuración de la información, o de cómo van influyendo, por ejemplo, los soportes (físicos, electrónicos) en este cambio.

Ahora mismo estamos transitando un cambio de topología, un cambio en la estructura misma de cómo la información es producida y compartida.

El primer tipo de red (la topología centralizada) es la que primó en los inicios y es en donde tenemos una información estructurada alrededor de un eje primordial (centro) y nodos pequeños (unidades satélites) conectados en torno a él. La información es unidireccionall y sujeta a un procedimiento. Si buscamos algún ejemplo histórico podemos citar la estructura política de los imperios, los partidos únicos, etcétera.

Según los mayores grados de libertad, siguen los modelos descentralizados (segunda tipología), en los que ya varios nodos ocupan el rol de eje y se comunican entre si, mas no están interconectados sus satélites. Aquí pueden citarse por ejemplo las unidades federales con las comunidades autónomas provincias, entre otros.

Por último, la red donde la información (o también el poder) fuye más libremente y a menores «costos» es la red descentralizada. En esta tipología todos están conectados con todos, y no hace falta el rol de eje o «filtro» para que la información llegue a su destino.

Atravesando estos tiempos es donde nos encontramos hoy, en  la  somos partes de una estructura cada vez más distribuida y en donde el poder ya no se concentra naturalmente en los filtros mayores, como en los modelos anteriores. Según el autor, estamos precisamente en un entorno cada vez más pluriárquico, donde somos cada vez más los que tenemos el poder de estructurar la información, y consecuentemente, el poder de distribuirla.

¿Y cuál es el sitio o entorno donde florecen estas oportunidades? Pues en la blogsfera. El autor le dedica gran parte de libro a los fenómenos que surgen desde este espacio, sean ya desde su aplicación política como catalizador y bomba de agite de las ciberturbas, o hasta como lanzaderas, como ágora en los entornos corporativos o como punto de encuentro para ciberactivistas. David se detiene en estos capítulos para darnos nutridos ejemplos y referencias sobre lo necesario en la caja de herramientas del ciberactivista de hoy, en la que no debe faltar la atención a los tres ejes básicos y naturales de las redes distribuidas: las herramientas, el discurso y la visibilidad de nuestra campaña.

Siguiendo con el tema, otro punto importante para resaltar es la mención que se realiza, ya al final del texto, sobre las oligarquías participativas y su relación con el dospuntocerismo: a mayor cantidad de usuarios de un servicio social, proporcionalmente son menos los que se dedican a producir información que a simplemente consumirla. A lo largo del tiempo, el resultado es que cada vez será menor la proporción (respecto al total) de los usuarios que filtren los contenidos para el resto. Esto forma naturalmente pequeños grupos que tienden a moldear, de acuerdo a sus elecciones o perspectivas, el conocimiento que el resto consume. Para este caso, uno de los ejemplos más ilustrativos (y más peligrosos) es la Wikipedia.

En definitiva, el libro se lee sumamente rápido por lo interesante del tema, lo ameno de su estructura y sobre todo el lenguaje con el que está escrito. En suma, El poder de las redes resulta totalmente recomendable para aquellos interesados en conocer y saber un poco más de aquello que subyace tras la superficie de la red y de la información que todos los días consumimos y producimos. Conocer un poco más el «cómo de…» nos brinda a su vez las herramientas para poder tomar partido y vivir la red como nueva experiencia de acción social.

Como nota adicional, algo que recomiendo es acompañar la lectura de El poder de las redes con vistazos a la Contextopedia, la wiki en línea que el mismo autor mantiene para brindar, precisamente,  el contexto de todo lo que escribe. Seguramente enriquecerán mucho más la lectura y la experiencia del libro.

Para los que lo lean y se queden con ganas de más, estamos a la espera del nuevo libro de la serie, del cual ya hay borrador y promete muchísimo.

El tema ahora resulta mucho más desafiante y seguramente traerá un mar de debates: De las naciones a las redes, o de cómo pasamos de pertenecer a formas políticas territoriales a nuevas redes sin distinción de fronteras.

  • De Ugarte (2007). El poder de las redes. Manual ilustrado para personas, colectivos y empresas abocados al ciberactivismo. El Cobre Ediciones. Disponible para el dominio público.