No me cuentes tu vida
Hace algunos días terminé de leer «No me cuentes tu vida», el último libro del poeta Luis García Montero. Una obra que repasa la historia reciente de España cruzando historias familiares y sus intimidades.
Leer narrativa por un poeta tan marcado como Luis García Montero (Granada, 1958) debería ser una práctica más recurrente. A pesar de no haber leído su primera novela, Mañana no será lo que Dios quiera, al leer esta pude hacerme una muestra de su propuesta literaria. Una obra intimista, con giros poéticos muy marcados que dejan su sello y distinción a una novela-diálogo entre un padre y su hijo.
¿Quién ha dicho que las banderas ya no sirven para nada? Sirven para secarse las lágrimas.
En No me cuentes tu vida tres generaciones de familias son retratadas por Juan, un hombre algo neurótico y melancólico que escribe un cuaderno a su hijo Ramón para contarle su vida. Un diálogo intermediado por el papel, donde plasma sus recuerdos de infancia, su adolescencia y los conflictos políticos de la España del franquismo. Su compromiso con el ideario comunista que queda desnudo tras la caída del socialismo real, su matrimonio maduro, los sueños que quedarán truncos y la mirada sobre sus miedos y fantasmas. También sobre el presente, ése que lo desafía en la relación con su hijo y con la poesía, que cruza toda la vida del protagonista y lo cuestiona de manera permanente a cada paso y en cada decisión.
Todo surge a raíz de un incidente casi azaroso, aunque sabemos que a veces no existe tal cosa. Ramón, un joven ya en sus veintitantos se enamora y comienza a tener una relación con Mariana, la mucama de la familia. Esto no tiene nada de peculiar en los tiempos que corren, salvo un pequeño detalle. Mariana es una inmigrante rumana que llegó a España saliendo de una pobreza muy dura y una historia familiar no menos dolorosa. Nieta de perseguidos políticos durante el régimen de Nicolae Ceaușescu, mantiene en su interior el desprecio y rencor por una utopía que dejó sangre en su memoria. Un interesante contrapunto en una familia de larga tradición en las filas de la izquierda.
Así, las historias de ambas familias se cruzan de una manera muy curiosa, casi paradójica, a lo largo de las generaciones. No seguiré para evitar el espoiler de la trama, pero una frase del autor lo resume todo:
(…) muy pocas veces las vidas de los nietos se parecen a lo que han imaginado para ellos sus abuelos.
En suma, es una muy buena historia y narrada de una manera que me ha parecido maravillosa. Giros de auténtica naturaleza poética en medio de una trama muy intimista y con cuestionamientos muy profundos sobre la realidad social de la modernidad. Por el lado de las advertencias, quizá a algunos lectores les cueste tomar el ritmo del libro durante el comienzo. Abundan los párrafos largos, diálogos del personaje hacia sí mismo -casi hablando para su interior- que llevan una marca muy particular de García Montero.