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Latinomérica en la 61° Asamblea General de Naciones Unidas: Venezuela

Yamil Salinas Martínez
Yamil Salinas Martínez
2 minutos

En esta intervención, como a esta altura muchos saben, está el plato fuerte “mediático” de la Asamblea. Y es que el «Hurricane Hugo» cargó con artillería verbal pesada contra George Bush (h), volviendo a tiempos y discursos “calientes” en la Asamblea desde la Guerra Fría. Sumando las intervenciones de Mahmud Ahmadinejad y Omar Hassan al-Bashir (Sudán) y también la de Evo Morales, que analizaremos más tarde, los Estados Unidos están viendo la emergencia de voces potencialmente «peligrosas» que aprovechan muy bien los flancos débiles que deja la política exterior republicana. En este grupo, Chávez es el que se lleva el premio gordo, al ser según los Estados Unidos el que encabeza el liderazgo y las intenciones más fuertes de agrandar el grupo y ejercer influencia hacia otros ámbitos.

De la exposición en sí, algunas apostillas. Por más de 25 minutos denunció como en un contínuo la estrategia imperial de los Estados Unidos, que “pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana” y para el caso recomendó leer el libro del gran Noam Chomsky (que según Hugo “se lee rápido”), “Hegemony or Survival” (que después trepó los ránkings de ventas en Amazon.com)

“Ayer vino el diablo aquí”, siguió, mientras se persignaba y olía azufre en el podio de la Asamblea. “Y vino hablando como dueño del mundo (…) para tratar de mantener el esquema de dominación, explotación y saqueo a los pueblos”.

Hecha la advertencia, tiró un par de dardos contra la democracia norteamericana, la “falsa democracia de las élites”, aquella “que se impone a puntas de marines e invasiones”. Según Chávez, para Bush los que están del otro lado son los “extremistas”, pero él se encarga de aclararle que en realidad son “pueblos insurgentes contra el imperialismo norteamericano”. No se olvidó tampoco de Israel, a quien culpó de ejercer un “fuego fascista y genocida” sobre el Líbano. “Imperio yankee go home” exclamó Hugo como respuesta de los pueblos “del sur” a lo que dicen los Estados Unidos. “Ese sería el grito que brotaría por todas partes”

Después siguí contra el mismo sistema de Naciones Unidas, “órgano meramente deliberativo” y que sirve “para verse una vez al año”. Claro que el punto no está aquí, sino en el candente tema de la reforma del Consejo de Seguridad, por la que también pelea Brasil (en una disputa regional por ese liderazgo) y la supresión del veto de las potencias actuales.

“El imperio tiene miedo a la verdad, a las voces independientes” exlama en alusión a la “campaña” que está ejerciendo Estados Unidos para impedir el asiento no permanente de Venezuela en el Consejo (y alentar en su lugar a que lo ocupe la modesta Guatemala), y pregonó los apoyos que recibió Venezuela (Mercosur, Caricom, Liga Árabe, Unión Africana, etc.), llevando así al consejo “la voz del tercer mundo”.

“Yo acuso a Estados Unidos de proteger al terrorismo”, sigue, no olvidando los intentos golpistas de Estados Unidos en Venezuela, y del “refugio” que le dan a otros terroristas, según Chávez, como aquel que derribó el vuelo de Cubana de Aviación, en 1976. Tampoco se olvidó de mencionar (saludos mediantes a Fidel) de la reunión de los Países No Alineados, hace unas semanas en La Habana, de carácter “importantísimo, para el nacimento de la nueva era”.

Cerró denunciando también algunos abusos “del diablo” contra su comitiva, que se repitieron posteriormente contra el mismísimo canciller venezolano, vulnerando seriamente los acuerdos internacionales diplomáticos.

Y se fue recordando que todavía olía a azufre en el salón…