Larga vida al podcast
Un poco de historia
San Francisco, California. 23 de Octubre de 2001. En una sala de conferencias abarrotada, Steve Jobs daba una de sus keynotesmás recordadas para presentar un producto que revolucionaría la industria de la música: el iPod. Viéndolo en retrospectiva, el cimbronazo que causó ese dispositivo del tamaño de un mazo de cartas fue épico. Cambiaría para siempre la forma en la que se escucha y compra música, y dejaría en rídiculo a grandes empresas como Sony que con decenas de años en la industria no había dado todavía en el clavo[2].
A partir de entonces, Apple grabaría una marca indeleble en la historia del podcasting No sólo desde el propio nombre (un portmanteau entre iPod y broadcasting) sino desde las herramientas para escucharlos y producirlos. No hay una empresa que haya legitimado tanto a este formato, que incluso llega hasta hoy siendo el iTunes Store el mayor catálogo de podcasts disponible.
No obstante, para buscar el origen de los podcasts hay que irse mucho más atrás que el lanzamiento del iPod. En 1993 -antes incluso de la web comercial- el tecnólogo Carl Malamud despuntaba su vicio periodístico entrevistando a técnicos e ingenieros alrededor de los eventos de la comunidad de Internet. En aquellos tiempos era fácil codearse en algún break con personajes de la talla de Tim Berners-Lee, Tim O’Reilly y hordas de geeks de los duros[3] (esto es, hombres de protocolos y hardware). La cuestión es que Malamud decidió publicar las entrevistas en archivos de audio descargables desde la red en un programa que bautizó Geek of the Week. El experimento -que duró poco más de un año[4]- casi sin quererlo se convertiría en el primer podcast de la historia de Internet.
Recién en 2005 los iPods reconocerían “formalmente” a los episodios con un menú y sección especial en la interfaz de usuario, y la versión 4.9 de iTunes incluiría la funcionalidad para poder sincronizar los podcasts y llevarlos encima, un hecho clave para disparar su popularidad[5]. Dave Winer, pionero de la autopublicación y a quien suele atruibirse el haber inventado el podcasting (además de varios protocolos de sindicación, como el RSS) fue de los primeros en apostar por el formato, y junto a Adam Curry (un ex presentador de MTV y emprendedor) dieron forma a los primeros catchers y shows, como Daily Source Code. En octubre de 2004 el New York Times ya resaltaba la novedad y estimaba unos 300 podcasters activos en todo el mundo.
Los meses siguientes serían los del boom, donde miles de amateurs se volcarían a grabar sus pensamientos, opiniones y visiones del estado de Internet en aquella época. Quitando los temas tecnológicos —que todavía hoy siguen dominando el formato— había ya algunas radios que compilaban sus programas y hubo hasta algunos experimentos de podcasts en video. En 2006 el mismo Steve Jobs enseñaría en público como grabar un podcast desde el entonces nuevo GarageBand 3, en la conferencia Macworld. Definitivamente, eran otros tiempos.
Pero aún el acceso seguía siendo difícil para el usuario medio. En caso de no tener un iPod había que copiar los archivos manualmente y se hacía un tanto engorroso seguir el hilo de los episodios, mucho más si se seguía a muchos podcasters. Tampoco era posible sincronizarlos entre dispositivos —en aquellos años todavía no teníamos nube y tampoco teníamos App Store[6] o acceso a aplicaciones de terceros que nos ayuden para resolver el problema.
Para comienzos de 2010 el medio entraría en una meseta. Muchos podcasters terminaron cansados, sin poder monetizar los shows o simplemente dejaron la etapa del entusiasmo atrás y las herramientas de discovery o recomendación seguían siendo insuficientes para compensar el gran esfuerzo de producción. Más allá de estas variables, dos gigantes entrarían en escena para llevarse todo el consumo de medios e interacción social: Twitter y Facebook.
A pesar de haber quedado a un lado del grueso de los medios, los podcasts dejaron una huella bastante importante en el ecosistema. No olvidemos que Twitter comenzó siendo un experimento y side project de Odeo, una de las empresas pioneras en el terreno del podcasting allá por 2006[7]. Pero eso ya es parte de otra historia[8].
2014: El año del ¿regreso?
Ahora que ya estamos a poco de cerrar el 2014, ¿Podemos decir que es el año del regreso de los podcasts?
Yo creo que sí. No solamente los grandes medios se hicieron eco de este “renacer” del formato (aquí, aquí o aquí, para citar solo unos pocos) sino que también lo vemos en los mayores volúmenes de búsquedas en Google, casi al nivel de su pico histórico en 2006.
Lo bueno de lo nuevo es que la producción de los shows ahora es mucho más profesional (tanto en guiones como en calidad de sonido y reproducción), el reach es comparativamente mayor, porque se valen del resto de plataformas para hacer difusión (redes sociales en general o verticales como Ivoox o Soundcloud) y los usuarios pueden hacerlo desde su teléfono móvil de forma súper sencilla.
Marco Arment, un emprendedor con muchos años en esta industria y conocido por haber sacado a la luz excelentes productos como Instapaper, Tumblr o The Magazine (una de mis revistas favoritas) es mucho más escéptico, y no cree que haya tal cosa como un renacimiento sino más bien un momento ascendente del formato. Arment lanzó a mitad de este año Overcast, un reproductor de podcasts que se convirtió en un éxito de descargas en el Apple Store.
Desde el lado del negocio, ya comenzaron a crecer productoras y redes de podcasts para aprovechar escalas y eficiencias, como 5by5, Radiotopia, ESN.fm o Relay.fm en el mundo anglo, pero que también comienzan a asomar en español como el caso de Posta.fm. Radiotopia levantó más de 600 mil dólares en la campaña más exitosa hasta el momento en la categoría “publishing” en Kickstarter y Gimlet Media un millón de dólares de Betaworks y otros fondos. Incluso reservaron una tajada para que los mismos oyentes puedan invertir en la empresa.
¿Pasará algo parecido a lo que ocurrió hace unos cuantos años con las redes de blogs, con el fin de agrupar pauta publicitaria?. ¿Serán los profesionales de la radio los que comiencen a fundar estas nuevas empresas, apoyados en su conocimiento del medio? ¿Lo harán buscando “libertad” para los shows que no pueden hacer en la radio comercial? No lo sabemos.
Tampoco sería extraño que las grandes del streaming como Spotify o Rdio comiencen a servir podcasts a sus suscriptores (de Spotify ya se escucharon rumores) y sería otro empujón más que el formato logre posicionarse definitivamente. Llevar los podcasts a una mayor audiencia hará que los buenos contenidos se hagan más relevantes, y esto podría ser una muy buena fuente de monetización para los productores, sean independientes o no. Por ejemplo, podría ser muy sencillo meter anuncios al principio y al final de cada episodio. También podrían resolver uno de los mayores problemas —comentado anteriormente— que es el discovery.
«Serial», el podcast del que todos hablan
Serial es la razón por la cual mucha gente —y muchos medios— están volviendo a hablar de los podcasts. El show narra la investigación de Sarah Koenig sobre el asesinato de Hae Min Lee, una adolescente de 17 años en Baltimore, Estados Unidos, en 1999. Como resultado de un proceso judicial muy rápido (y bastante dudoso), Adnan Syed —ex pareja de la chica— fue sentenciado a cadena perpetua.
Lo interesante del caso es que Koenig encuentra miles de cabos sueltos en el proceso judicial y comienza a hacer su propia investigación del homicidio, entrevistando testigos, amigos de los acusados, contrastando fuentes y reconstrucciones de los hechos. Como dice Hipertextual, un auténtico trabajo de periodismo de investigación.
¿Pero qué tiene de especial Serial? ¿Qué lo hace tan adictivo? Yo creo que lo que primero lo distingue es el factor sorpresa. Uno no se espera ese contenido en ese formato. Tranquilamente podría haber sido un documental, serie independiente o hasta incluso un blog. Pero no. Los productores apelaron al recurso más viejo de todos: una voz contando una historia. Quebró todos los charts, convirtiéndose en el podcast en llegar más rápido a las 5 millones de descargas.
La tensión narrativa y el cuidado storytelling que ofrece Sarah Koenig hacen que una pieza de audio de 30 minutos se transforme en una historia atrapante.
Advertising Age se pregunta si podrá atraer marcas para anunciar el show y setear estándares para medir las audiencias. Miles de personas están posteando sus hipótesis y opiniones en Reddit. También hablaron de él en Wall Street Journal, The New Yorker o The Guardian. En español también hay ecos, como en, La Nación (CR) y BBC Mundo. Incluso hasta la campaña promocional de Mailchimp levantó comentarios.
Cómo escuchar podcasts
El otro día leí que al fin los podcasts pueden escucharse de la manera en la que debían ser escuchados desde un principio, esto es, de manera fácil, sencilla y desde cualquier lugar. Y hay una gran verdad en eso. Antes había que descargarlos, pasarlos manualmente al teléfono o reproductor de mp3, y luego recién escucharlos. Más allá de lo artesanal del proceso (que al escuchar más de 10 podcasts ya comienza a ser complicado), no era posible controlar los episodios ya escuchados ni acceder a los metadatos de cada show. Estábamos prácticamente a ciegas.
Hoy todo eso ya es historia. Esas tareas pueden hacerse directamente desde una app en un teléfono o el desktop y hay muchas aplicaciones para elegir -tanto gratis como de pago- en prácticamente todas las plataformas.
Estos factores -al menos en mi caso- hicieron de los podcasts uno de los principales canales de ocio, información y entretenimiento, escuchándolos prácticamente en distintas ocasiones y horas del día.
Aplicaciones recomendadas
Overcast es mi reproductor de cabecera. Sencillamente porque es la app definitiva para escuchar podcasts con la mayor calidad y experiencia de uso. Overcast es una de esas piezas de software que está tan bien diseñada que no le sobra nada. Su desarrollador, Marco Arment, trabajó mucho en dos funcionalidades que son clave para el usuario y la distinguen del resto: Smart Speed, para eliminar automáticamente vacíos o silencios en un show y dar más fluidez al habla; y Voice Boost, una combinación de ecualización y normalización de audio que optimiza la calidad del sonido y hace más claras y nítidas las voces. Estas dos funcionalidades hacen que puedas escuchar tus episodios mucho mejor, y sobre todo, mucho más rápido.
Si buscan argumentos más completos que los míos, les recomiendo leer las reseñas de Overcast en Macstories y en The Newsprint. En español les recomiendo la de Emilcar.
Castro (pago - iOS)
Castro fue una de mis apps favoritas antes de llegar a Overcast. Tiene un muy buen diseño y se destaca por su velocidad, tanto de sincronización como en la fluidez del uso. Pueden leer una buena reseña de Castro en 9to5Mac.
Downcast (pago - iOS + Mac OS)
Durante bastante tiempo Downcast fue mi aplicación de cabecera, pero ya dejó su lugar a Overcast. A pesar de ser muy potente y estar lleno de features, la interfaz puede ser un poco compleja. Su principal ventaja es la sincronización entre el Mac y el iPhone/iPad, que se resuelve de forma estupenda.
iTunes + Podcasts (gratis, iOS universal + Mac OS, Windows)
Un clásico. Gratuito para Mac y Windows en versión desktop y también disponible for free para iOS, permite escuchar y sincronizar tus podcasts sin problemas. Si bien cumple las expectativas y las funcionalidades indispensables, usuarios avanzados querrán tener mayores prestaciones o posibilidades de ajustes. No se si en las últimas versiones habrán ajustado el trabajo de sincronización de episodios, porque alguna vez me dieron un dolor de cabeza.
Nota al pasar: No es que sea un nostálgico del skeuomorfismo de Apple, pero no me digan que la versión anterior a iOS 7 —y a los retoques de Ive— no era tan bella como rara.
Instacast (pago, iOS + Mac OS)
Instacast es otra de las aplicaciones que suelen recomendarse por blogs y oyentes. La usé durante algún tiempo para OS X y se siente sólida y confiable. No probé la versión móvil para iOS, pero leyendo esta reseña en Macstories se nota que el diseño es un rasgo que la distingue del resto.
Pocket Casts (pago, iOS + Android)
Pocket Casts es otra excelente opción y que suma muchos puntos por tener versión para Android. Esta aplicación resuelve muy bien el problema del discovery de nuevos shows, porque trae un chart de podcasts por países, temas y redes de podcasts.
Web Players (gratis)
No siempre debemos depender de una aplicación o servicio para escuchar nuestros podcasts. La gran mayoría de los shows también pueden escucharse desde un navegador, ya sea desde el sitio web del podcast o desde el mismo contenedor, como Ivoox, Soundcloud o Spreaker.
Cómo encontrar podcasts
Honestamente, el asunto del discovery sigue siendo una cuenta pendiente para el formato. Como vimos anteriormente, y a pesar de ser un canal con una larga trayectoria, todavía sigue siendo difícil encontrar buenos podcasts que se ajusten a nuestros temas de interés. Si la cosa ya de por sí está complicada en inglés, pueden imaginarse el panorama en el espacio podcastero en español. A diferencia de Twitter, Facebook o Instagram, donde resulta muy fácil conocer nuevas personas a quien seguir o leer, con los podcasts no pasa lo mismo[9]. Todavía falta mucho por hacer en el campo de recomendación y reseñas.
Pero no todo está perdido. Dejando de lado la sección de podcasts de iTunes podemos encontrar shows interesantes con Ivoox o en algunos “directorios de usuarios” a la vieja usanza, como por ejemplo Argentina Podcastera. Hay también algunos reproductores, como Downcast o Pocketcasts, que incluyen un “recomendador” de episodios o shows, más o menos ajustados a las preferencias del usuario o de su red de contactos. Si vamos al terreno de apps específicas para recomendaciones, todavía hay un gran vacío. Solo pude encontrar PodCats(gratis, iOS).
Las claves para disfrutar un buen podcast
Ahora bien, ya nos bajamos o instalamos nuestra app para escuchar podcasts, buscamos temas que nos interesan y encontramos varios candidatos. La pregunta es… ¿Cómo podemos reconocer un buen podcast?
La verdad, no hay una guía que sea infalible. Depende mucho de las expectativas del oyente y de cómo se siente cómodo en la escucha. Se trata de un proceso de prueba y error que les llevará algún tiempo. En mi caso particular, tengo algunas preferencias y parámetros para decidir qué seguir escuchando y qué podcast abandonar.
Aquí van algunos consejos y pautas que sigo a la hora de elegirlos:
Calidad de Sonido
Es el factor clave y principal[10]. Si ni bien comenzar el episodio el audio se escucha sucio, bajo, o latoso, les digo amigos que eso es un mal augurio. Personalmente me cuesta mucho esfuerzo poner atención a un diálogo que se escucha mal. Y esto es una verdadera pena, porque hay veces que el contenido o la entrevista es buena. Esto a veces suele ser un poco engañoso, porque hay podcasts con muy buena calidad de producción pero que a veces tienen la necesidad de meter una entrevista por Skype y el audio se va al suelo. Y con esto no quiero decir que me moleste el sonido de notificación de Skype (tampoco soy tan exquisito), pero pasar una hora escuchando una conversación con mala calidad es un no way para mi. En esos casos, delete. Lo siento.
Duración
El promedio de cada episodio (salvando excepciones) es de alrededor de una hora. Personalmente me encuentro más cómodo con extensiones que no superen los 30 minutos, ya que honestamente, muchas veces el tiempo sobra. Me gustan los podcasts que tienen control del timing, como por ejemplo Clockwise, o con estructura, como 99% Invisible, porque revelan un buen trabajo de guión por detrás. No obstante, todavía es muy común encontrar en el formato podcast-de-charla-entre-amigos algunos divagues y viajes por las ramas. En esos casos, fast forward.
Notas y Enlaces
Todos los podcasts, además de los atributos típicos como título, autor y categoría, tienen la opción de adjuntar unos párrafos para describir el episodio. La mayoría de los autores los usa para contar de qué va el tema, de forma breve y sin sofisticaciones. Pero atención, porque para los oyentes es la única manera que tenemos de saber de antemano los temas, productos o servicios de los que se habla durante el episodio. Todavía las aplicaciones no encontraron una manera fácil de “enlazar” a segmentos del podcast, pero mientras tanto, es suficiente como guía y primer vistazo. No es indispensable, pero suma mucho y denota profesionalidad.
Tip: Si el podcast tiene sponsors o patrocinantes, las notas son un buen lugar para mencionar los códigos de descuento.
Portada
Como en muchas otras cosas, hay veces que todo entra por los ojos. Una buena portada garantiza resaltar sobre el resto de la oferta de shows y podcasts. Ante una portada linda y otra fea, la primera decisión es más que clara. Si bien no es estrictamente determinante, el diseño ayuda. En este aspecto pueden notarse fácilmente las diferencias entre los podcasts más “nuevos” o patrocinados de los completamente amateurs.
El futuro
¿Qué pasará de aquí al futuro con los podcasts? ¿Podrán reclamar su lugar en el ecosistema de medios a base de usuarios y buena oferta? No lo sabemos, aunque personalmente se me ocurren muchas más preguntas:
- ¿Qué harán los medios tradicionales (periódicos y revistas) con los podcasts? ¿Querrán capitalizar a sus redactores y analistas para pasar a un formato no escrito? Lo más probable es que los grandes periódicos no hagan nada, o cuando hagan algo, sea ya tarde. No obstante, creo que puede ser interesante ver movimientos y oportunidades para revistas de nicho o de estilo —como Rolling Stone, Esquire, Fast Company o Forbes— para dar un ejemplo.
- ¿Qué harán las radios? Yo creo que aquí son las convidadas de piedra en este nuevo momento. ¿Seguirán pensando en las grillas de programación y en los horarios fijos para sus programas? ¿Qué pasará cuando se den cuenta que sus oyentes, cautivos en las autopistas o en su commuting programen y decidan lo que quieren escuchar? ¿Podrán seguir atrayendo anunciantes si éstos deciden dar una tajada mayor de su presupuesto a los Spotify de turno?. Hasta ahora la mayoría se ha limitado a empaquetar sus shows y subirlos tal cual, aprovechando el tirón de su audiencia. Pero están dormidos, y creo que deberán despertar pronto porque más temprano que tarde deberán competir con producciones independientes —que exploten su creatividad— y otras de gente ligada a la radio —explotando su savoir-faire—.
- ¿Qué harán los medios puramente digitales? ¿Se sumarán al carro?. Yo creo que sí. Lo que los diferencia del resto de medios es que entre su audiencia hay una cuota más alta de gente joven —a los que el marketing llama millennials— y deberán arriesgar. Humor y ficción ultra breve podrían ser buenos tópicos. Ya se rumorea que Buzzfeed tendría una persona a cargo de un posible servicio de podcasts, y creo que va a motivar a muchos a seguir esos pasos.
- ¿Qué harán los podcasters? Hoy, técnicamente es posible grabar un podcast desde el micrófono de tu computadora o desde el teléfono, pero en este formato la calidad cuenta, y mucho. A diferencia del blogging, las barreras de entrada son un poco más altas. Alvaro Serrano hace un buen resumen del debate entre calidad de audio y producción en Analog Senses. En definitiva, no queda otra que poner muchas horas y trabajo en el producto.
- Por último, pero no menos importante, ¿Qué harán los oyentes? ¿Lo tomarán como un revival o se engancharán verdaderamente al formato? En este punto tengo mis dudas. Creo que hay que ver en 2015 como se mueven las radios y los servicios de streaming y ver si pueden potenciar la tracción integrando oferta de contenidos. Eso va a ser clave para consolidar este tirón. Veo difícil (salvo con algún caso excepcional como Serial) que de manera orgánica salga un bombazo. Pero todo puede pasar :)
Más allá de estas dudas sobre lo que puede trael el futuro para este formato, lo que es indudable es que hoy las condiciones para escuchar y disfrutar de los podcasts son mejores que nunca. El momento es ahora y no sólo desde la infraestructura o los dispositivos (esto es, el móvil como podcast device, más la disponible conectividad urbana) sino también desde la oferta de los contenidos, que con producciones como Serial se animan a mostrar todo su potencial.
Bonus Track: Algo de lo que escucho
Quien haya llegado hasta el final de este post, merece mucho más que un premio :) asi que aquí va mi selección de podcasts recomendados[11]:
Emprendimiento & Startups
- 500 Startups
- a16z (Andreessen Horowitz)
- Foundation
- Product Hunt
- Product People
- StartUp Podcast
- Startups For the Rest of Us
- The Entrepreneurs (Monocle)
- The New Disruptors
- The Rocketship Podcast
Desarrollo y Software
Tecnología, Internet y Apple
- Accidental Tech Podcast
- Analog(ue)
- Clockwise
- CMD + Space (Finalizado)
- Connected
- Emilcar Podcast
- Error de Conexión
- Hacía Falta
- Hatching
- In Beta
- LST - La Semana en Tecnología
- Mac Power Users
- Pasión Geek
- Pragmatic
- Radio Geek
- Systematic
- Technical Difficulties
- The Campfire Project
- The Talk Show With John Gruber
Cultura, Entretenimiento & Variedades
- Culture (Monocle)
- Desde Lejos
- Gordo Podcast
- Grit (ex Quit!)
- Home Work
- Il Giocatore Podcast
- Marte Ataca
- Overtired
- Philosophy Bites
- Retronauts
- Serial
- Show Me Your Mic
- The Moth Podcast
- The Productivityist Podcast
- The Tim Ferriss Show
- The Weekly Briefly
- This American Life
- Unprofessional
- Write For Your Life
Diseño, Datos & Medios
- Too Long, Didn’t Read
- Esta misma situación ocurriría 6 años más tarde con el iPhone. Lo que se presentó aquella vez era radicalmente distinto a lo que el mercado conocía.
- Carl Malamud los llamaría «network researchers, engineers, implementers, and a wide variety of other troublemakers».
- Hay una buena introducción a esta etapa en el libro The Perfect Thing, donde Steven Levy analiza el impacto económico y cultural que tuvo el iPod.
- Como pueden ver en este gráfico, el pico de búsquedas se alcanza en 2007, y desde entonces (con algunas variaciones) se mantiene relativamente estable hasta 2014.
- La tienda de aplicaciones de Apple abriría sus puertas recién en julio de 2008, luego del lanzamiento del iPhone 3G. Recordemos que la primera versión del iPhone no permitía aún instalación de aplicaciones de terceros.
- Así cubría TechCrunch el lanzamiento de «Twttr»: http://techcrunch.com/2006/07/15/is-twttr-interesting/
- Si les interesa conocer el rol que ocupó Odeo en la creación de Twitter —y la cocina de todo el proceso— les recomiendo el libro Hatching Twitter, de Nick Bilton.
- Por supuesto, hay también una diferencia fundamental: En cualquiera de esos servicios uno puede inmediatamente decidir si le interesa un perfil o cuenta (leyendo algunos pocos tuits o fotos publicadas). En el caso de los podcasts el proceso de decisión es mucho más largo, porque hay primero que descargar el episodio -o escuchar los primeros minutos vía streaming- sin posponer la tarea.
- Marco Arment lo dice muy bien: Si para que alguien te lea hay que hacer esfuerzos para que el texto sea legible, en el caso de los podcasts hay que poner mucho trabajo para que el podcast sea escuchable.
- Vale aclarar que no suelo escuchar cada uno de los episodios de todos los podcasts (excepto algunos pocos, de los que un poco más fiel) sino que elijo sobre los temas que más me atraen. Por eso es importante que el título del episodio sea bueno, y además, que las notas o descripción del show también repasen los temas de los que se habla.