La crisis del sistema vial argentino
Argentina padece una crisis crónica que de manera sigilosa y sin ser llevada al status de crisis pública, se lleva cada día más y más víctimas. No hablamos de la crisis energética, tampoco de la habitacional, ni de ningua epidemia sanitaria. Hablo de la crisis vial y de tránsito que, en épocas de verano especialmente, recrudece con toda fuerza. De manera lamentable, todos los días en los períodicos y noticieros tenemos que leer noticias de varios muertos en las rutas argentinas, sean ómnibus, camiones, o autos particulares con familias enteras que dejan sus vidas al margen de un camino. ¿Imprudencia de los conductores? ¿Responsabilidad del estado por las condiciones de los caminos? ¿Falta de cultura vial? ¿Poco control policial?
La Asociación Civil Luchemos por la Vida está haciendo una importante tarea en la concientización y prevención de accidentes de tránsito. Lleva una dura tarea pero intenta sacudir conciencias en la mejora de la seguridad vial: uso de cinturón de seguridad, conducción prudente, estado de los vehículos para el tránsito en ruta, ubicación de los niños y menores en los asientos traseros, campañas públicas de apoyo, etc.
Para ponerlo en términos fríos pero reveladores, según un estudio propio, durante el año 2006 murieron 629 personas por mes en promedio, una cifra altísima en comparación con otros países. Las perspectivas, sin embargo, no son alentadoras ya que Argentina está aumentando vertiginosamente su parque automotor (más de medio millón de unidades por año), mientras que los esquemas de prevención siguen sin modificarse. El año pasado se volvió a superar la marca de fatalidad del 2006, incrementándose la mortalidad en un 10% respecto al año anterior.
¿Cuáles son las medidas para salir de esta crisis terminal?