El trabajo (in)migrante: desaparecer para aparecer
Hoy 1ro. de Mayo en los Estados Unidos los inmigrantes (en su gran mayoría, como sabemos, de origen latino) está llevando a cabo un gran boycott-huelga para hacer sentir, con su ausencia, el notable peso que tiene en la economía norteamericana. Millones de personas no asistirán a clases, a sus trabajos, ni a sus actividades corrientes. Tampoco consumirán o gastarán dinero en compras. El objetivo es mostrar a la sociedad norteamericana y al Congreso en particular la necesidad de modificar la legislación migratoria.
Estos movimientos que pugnan por mejores condiciones ya no legales-laborales, sino también sociales e identitarias (no sólo en los Estados Unidos, sino también en España, Francia, y en la Argentina como tantos otros países) adquieren una trascendencia muy importante: demuestran cada vez más las debilidades de los sistemas internacionales de movimientos de fuerzas productivas con los estados nacionales. Sería interesante saber cuánto aportan al PBI norteamericano una fuerza de trabajo tan barata como la mexicana o la asiática. O los marroquíes en España, o los argelinos en Francia, o los bolivianos en Argentina.
Es ya innegable cómo el desarrollo económico nacional está cada vez más ligado a las fuerzas migratorias “ilegales”. Claro que las ilegales son para personas, pero no para las compañías que buscan mano de obra barata en Asia o en América Latina para luego “exportar” sus productos a sus países originales. Pero eso merece ya otra larga discusión. Para leer: